Resumen “3º Breakfast para Socias Corporate”
La Tercera Edición del Desayuno Ejecutivo para mujeres profesionales de las empresas partner de PWN Bilbao el pasado 21 de febrero ofreció una valiosa oportunidad para que conectaran, compartieran experiencias y establecieran lazos significativos.


El tema principal fue el “síndrome de la impostora”, un desafío común enfrentado por muchas mujeres en el ámbito profesional (y personal), a lo largo de toda la vida y que afecta profundamente a las mujeres en roles ejecutivos, donde se espera un alto nivel de competencia y confianza. El síndrome de la impostora puede manifestarse como una sensación de incapacidad para cumplir con las expectativas, a pesar de poseer logros y habilidades sobresalientes. Se fundamenta en la autoduda, la falta de confianza y la subestimación de los propios logros.


Esta autopercepción distorsionada puede tener varias repercusiones negativas en el ámbito laboral:
- Auto sabotaje: Las mujeres afectadas por el síndrome de la impostora pueden sentirse inseguras y temerosas de asumir nuevos desafíos o responsabilidades, lo que puede llevarlas a auto sabotearse y limitar su crecimiento profesional, evitando oportunidades de liderazgo.
- Falta de reconocimiento: A pesar de sus logros y contribuciones significativas, las mujeres que experimentan el síndrome de la impostora pueden subestimar su propio valor, no comunicarlo apropiadamente y no recibir el reconocimiento adecuado por su trabajo, lo que puede afectar su autoestima y motivación pero también a sus oportunidades profesionales.
- Parálisis por análisis: El miedo al fracaso y la sensación de ser “descubiertas” como fraudulentas pueden llevar a las mujeres a un bloqueo tras haber conseguido un éxito. En lugar de asumirlo como el resultado de su capacidad y trabajo, lo atribuyen a circunstancias excepcionales que intentan desentrañar con un enfoque de perfeccionismo paralizante.
- Estrés y ansiedad: La constante preocupación por ser percibidas como incompetentes puede generar altos niveles de estrés y ansiedad, lo que puede afectar su salud mental y bienestar general.
Se destacó la importancia de abordar este tema como un elemento más del modelo de trabajo, ya que puede tener consecuencias significativas en el desarrollo profesional y la satisfacción laboral de las mujeres. Por ejemplo, los sistemas de evaluación del desempeño y reconocimiento de logros en los equipos son herramientas del nuevo liderazgo que contribuyen a reducir los efectos de esta autopercepción.

En conclusión, el síndrome de la impostora representa un obstáculo significativo para las mujeres en el entorno laboral ejecutivo, socavando su confianza y limitando su potencial de desarrollo profesional. Sus orígenes radican tanto en cuestiones individuales como organizativas, pues el entorno y modelo de trabajo es capaz de reducir o incrementar esta percepción. Por ello, es crucial que las organizaciones reconozcan y aborden este problema, proporcionando apoyo y recursos para ayudar a las mujeres a superar estas barreras y alcanzar su máximo rendimiento en el ámbito laboral.
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